Querido lector,
Dicen que el minimalismo está muerto. Que el beige ha tenido su momento. Que el mármol calacatta ya no causa suspiros, solo bostezos. Dicen muchas cosas… y yo escucho, por supuesto. Pero aquí entre nos, el diseño también tiene su propio gossip.
Como todo buen rumor, una tendencia empieza en voz baja. Una lámpara escultórica en un showroom de Milán. Un sofá en forma de concha en el rincón de un café parisino. Una alfombra con flecos, tan innecesaria como deliciosa, en la casa de una diseñadora que “odia las alfombras”. Y de pronto, boom: está en todas partes. En los editoriales, en los reels, en esa cuenta de Pinterest que actualizas a escondidas en reuniones.
Pero la verdadera pregunta no es qué está de moda, sino qué dice esa moda de nosotros.
El maximalismo vuelve—otra vez—como ese ex que nunca se fue del todo. Esta vez con esteroides: curvas sensuales, colores jugosos, texturas que gritan mírame pero no me toques. Mientras tanto, los interiores silenciosos—los de paletas neutras, líneas puras y ambientes zen—se aferran con fuerza, como si el mundo exterior no nos estuviera gritando caos cada cinco minutos.
Y así, el diseño se convierte en espejo. ¿Queremos contención o queremos espectáculo? ¿Refugio o performance?
En blueprint & blush, no pretendemos tener respuestas absolutas. Pero sí sabemos leer entre líneas… incluso entre líneas de fuga arquitectónicas. Aquí vamos a analizar las tendencias con lupa, pero también con un poco de lipstick. Vamos a hablar de espacios que respiran, de materiales que cuentan historias, y sí, también de esos pequeños escándalos estéticos que nadie se atreve a comentar.
Porque el diseño también tiene gossip. Y tú ya estás dentro del grupo que lo escucha primero.
¿Qué puedes esperar?
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Así que, si alguna vez soñaste con una columna de interiores escrita como si fuera un secreto compartido entre confidentes… bienvenida.
Con cariño y criterio,
B&B